Don Oswaldo Gutiérrez es famoso por vender el dulce néctar de la vida en su Bodega San Fermín
Cuando llegué a Omate, la Viña de Omate, lleno de arbustos y frutales, luego de una sufrida travesía de 5 horas desde la ciudad de Moquegua (su carretera era trocha, pues ahora me informan que ya tiene pista) al toque pregunté a donde tenía que ir para conseguir un buen vino. Me respondieron al unísono que tenía que ir a la casa de don Oswaldo Gutiérrez, quien resultó ser un profesor de primaria y además el gobernador del pueblo. Al llegar a su casa (Calle Grau 204, Bodega San Fermín), le pregunté si me podría vender unas botellitas de vino.
-Pase, pero primero hay que probar el vinito que hacemos, me dijo. Me invitó a pasar a su casa y por ende a tomar vino. La primera botella la invito él, luego le dije que yo invitaba la segunda; luego él puso al tercera y la cuarta, yo la quinta…ya colorados le pedí hacerle fotos y le preguntaba sobre el proceso de la elaboración del vino.
Don Oswaldo Gutiérrez, desde chiquito observó a su abuelo Nazario Gutiérrez Tosco cómo cosechaba la uva para luego procesarla hasta convertirla en vino. «Mi padre Elogio igual siguió con la tradición vinícola y antes usaban el alambique para destilar el pisco«, dice.
Y nos enumeró el proceso para llegar a un buen vino:
1.- Que las uvas estén bien maduras. En su punto de cosecha ( concentración de azúcares).
2.- Cosecharlos con mucho cuidado. Sobre todo la limpieza.
3.- El estrujado. El baile de la Vendimia. Pisoteado. (También me dice que se compra la cosecha).
4.- Macerado y fermentación (de 3 a 12 días)
5.- Desbombe (separar el caldo de los hollejos (separar la cáscara de la pulpa).
6.- Los traspalos (quitar el concho). Todo esto es artesanal.
Don Oswaldo aclara que les falta asociarse entre sus paisanos para hacer una cantidad considerable de litros de vino para competir. “Esta bodega, que lleva el nombre de San Fermín por la memoria de mi abuelo, sólo producimos entre vino y pisco 4 mil litros”, afirma.
Saboreamos vino tinto seco, semiseco, pisco aromático que proviene de la uva Italia y moscatel. Ya se imaginan cómo yo estaba, entre el cielo y la tierra.
Nos enteramos, gracias a don Oswaldo, que Omate significa cabeza de serpiente. Y en realidad desde arriba, cuando uno atisba el pueblo vemos una figura de la cabeza de un reptil…Omate es la capital fructífera del sur
