22 noviembre, 2024

VOLVIÓ ABEL cusqueños pedían su presencia en el escenario.-

EL ESTABA IMPACIENTE, pero también el público que lo reclamaba.

Y rebasó el vaso cuando pidieron que tenía que estar en Saylla, pueblo cusqueño, cuyos directivos de la municipalidad le pidieron a Kely -la manager- que si o sí tenìa que estar Abel Cotacallapa en el concierto que iban a realizar en dicho pueblo por su aniversairo. Un dìa antes todos los muchachos habìa tocado en Quiquijana y ahí la muchedumbre reclamó la presencia del director de Sociedad de Juliaca.

-Kely tuvo que llamar a su papá.

-El público nos  pifió. La gente está que reclama, le dijo Kelly a Bel, sin ningun preambulo, fue directa.

-Que pasó, porque están molestos. Han llegado tarde. Han tocado mal? , le preguntó Abel a su hija.

-Incluso han llegado los directivos de la municipalidad de Saylla( estaban en Quiquijana) y me han reclamado y advertido: si no estás, mochan el bolo, le reiteró Kely

Obligado, Abel  Cotacallapa tuvo que viajar a Saylla y lo hizo feliz porque en su familia querían que siga con el descanso médico. pero él ya estaba listo para reaparecer en los escenarios. Y  lo hizo así, tal como pedia su corazón..

VOLVIO CON FUERZA

Y llegó a Saylla, la leyenda viviente de la onda sureña. Y como dijo la revista Full Ritmo: la historia se escribe en los escenarios, Y Abel Cotacallapa la escribe y le da color, le da textura y mucho contendio a la cumbia sureña. Por problemas de salud tuvo que retirarse a descansar, tuvo que recuperarse. Y viajó con su esposa y su tesoro Keisy( la niña de sus ojos, la nietecita que siempre se ama más los hijos, más que la vida misma, y es cierto, por las nietas damos todo, cambiambos todo y Abel lo sabe)

La multitud al ver al grupo que subia y no veia a Abel, corearon Abel, Abel, Abel…luego que todos estaban ya listos -máximo 8 minutos para poner todo en su lugar, modular sonido, teclados listos, guitarra listo, bateria listo, micrófonos, todos los micrófonos listos..y tocaron una fanfarria, luces apagadas y sube Abe Cotacalllapa.

Abel sube al escenario como la primera vez, como cuando el grupo se iniciaba hace años y Abel subìa corriendo al escenario, pero ahora lo hizo pausado, ojos muy abiertos, con su clásica sonrisa, alzando las manos, aunque un poco nervioso, por la expectativa que causa su presencia, tras estar ausente por casi mas de un mes.

Y hubo un coro que seguía gritando su nombre, otros empezaron a aplaudir, a gritar y finalmente la música de Sociedad de Juliaca retumbó en todos los corazones de la gente buena de Saylla, las autoridades felices, pero sobre todo el pueblo gozaba por su aniversario, por verlo a Abel Cotacallapa, al maestro, al profe, al amigo, a la leyenda que dio inicio al estilo que hoy en día miles y miles gozan y bailan con la rica cumbia sureña.

 

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