20 noviembre, 2024

LA HISTORIA DE LA CUMBIA PERUANA, MIGUEL LAURA

POR: GERARDO PORRAS

La heterogeneidad cultural en el Perú, devenida del crisol de razas, también ha dado lugar a un mestizaje sonoro que motivó el nacimiento de corrientes musicales populares como la cumbia peruana, un ritmo poco estudiado con seriedad y rigor intelectual. Con su obra “Historia de la cumbia peruana”, un ensayo concebido con una perspectiva histórica y desarrollado en sentidas semblanzas de los principales músicos e intérpretes de este género, el autor y compositor Miguel Laura viene a llenar un vacío en la investigación y reconocimiento de este fenómeno musical.

A partir de un enfoque sociológico, Miguel Laura se remonta a la década de 1940 y mediados de los 50 para ubicar los antecedentes del género musical que años después tuvo como pionero a Enrique Delgado Montes, director y eximio guitarrista de “Los Destellos”. Precisamente en ese periodo en la línea del tiempo el recordado antropólogo José Matos Mar (“Desborde popular y crisis del Estado”) posiciona la gran ola migratoria que empezó a cambiar el rostro de Lima y las grandes ciudades del país.

Miguel Laura describe cómo por esos años, en los que se sucedieron los gobiernos de Manuel Prado, José Luis Bustamante y Rivero, y Manuel Odría, campesinos y criollos convergían en las ciudades para forjar “una serie de luchas y contradicciones sociales, pero también de mutuo enriquecimiento cultural”, que sentó “las primeras bases para el nacimiento, una década después, de una de las más bellas expresiones musicales que el Perú ha heredado al mundo”.

ANTECEDENTES

El autor rememora que, por esos años, a mediados de los 50, la música criolla era la que más se escuchaba en las radioemisoras, pero el huaino también sonaba con su vitalidad telúrica.

En esta retrospectiva menciona, además, la llegada de la nueva ola y señala que, en medio de esta amalgama sonora, los ritmos latinoamericanos empezaron a arribar al Perú para sonar con más fuerza, especialmente en Lima.

Según la investigación de Miguel Laura, “en este contexto social de fusión de culturas y sentimientos dispares, en las nuevas barriadas y en los distritos antiguos, pero ya habitados por una mayor cantidad de provincianos, se fue gestando una de las expresiones musicales auténticas que el Perú brindaría al mundo: la cumbia peruana”. Así, este nuevo género se fue gestando de manera gradual desde inicios de los 60 hasta los primeros meses de 1968, “con la característica sustancial del uso de guitarras eléctricas y con un acento y sentir netamente peruanos”.

PRECURSORES

Como precursores de este nuevo ritmo menciona al Trovador Andino –con Enrique Delgado en la guitarra– y Los Pacharacos, cuyos temas, llenos de alegría y picardía, se tocaban a mayor velocidad que los huainos tradicionales. En la primera guitarra de este último grupo estaba Bernardo Hernández, más conocido como “Manzanita”, quien años después también se convertiría en protagonista del movimiento musical de la cumbia peruana.

En su acuciosa búsqueda de los orígenes de este género musical, Miguel Laura encontró una obra titulada “La casita blanca”, del compositor, músico y cantante chalaco Carlos Cabrera, que data de mediados de los 50 y que fue grabada en ritmo de cumbia. Y no podía faltar el tema “La chichera”, considerado la primera cumbia grabada en el Perú, del maestro Carlos Baquerizo, de Los Demonios del Mantaro, de Huancayo.

LOS GRUPOS Y LOS INTÉRPRETES

Y así, en este largo caminar, según “La historia de la cumbia peruana”, van apareciendo Pedro Miguel y sus Maracaibos, que amenizaban fiestas sociales en Barrios Altos y que en 1966 grabaron un disco en 45 rpm titulado “La paila”; Los Destellos, de Enrique Delgado, Los Ribereños, Manzanita y su Conjunto –ya como cumbiambero–, Los Beta 5 y Los Girasoles. Por el norte, Los Rumbaney de Chimbote y Los Orientales de Paramonga. Y en el oriente, ya a fines de los 60, Juaneco y su Combo y Los Wembler’s con su sonido amazónico psicodélico y menos influenciado por el rock.

Aunque precisa que faltarían páginas para mencionar a todos, el autor de la obra procura citar a gran parte de las figuras más representativas de la cumbia peruana. En las referencias históricas o en los demás capítulos aparecen los nombres de exponentes legendarios del ritmo. Así, por ejemplo, además de los ya mencionados, en “Retratos” tenemos a Manuel Mantilla, Beto Cuestas y Estanis Mogollón; en “Voces inmortales”, a Claudio Morán, “Chacalón”, Carlos Ramírez Centeno, Marco Antonio Arroyo, “El Lobo”, Johnny Orosco y “Vico” Carrasco; y en “Pinceladas de cumbia”, a Walter Lozada, Tito Mauri y Alex Muñoz, entre otros.

“MÚSICA COMO VEHÍCULO DE IDENTIDAD NACIONAL”

Miguel Laura, autor y compositor, arreglista, productor musical y escritor peruano, es impulsor de la cruzada destinada a lograr que se declare a la cumbia como patrimonio cultural.

Afirma que “atrás quedaron los malos tiempos en que este ritmo era menospreciado por aquellos que, tal vez por ignorancia o prejuicios porque no era parte de sus vivencias y estrato social, la injuriaban y discriminaban porque la consideraban ‘música de cholos y lumpen’”.

“La cumbia peruana es mucho más que una música para pasarla bien: significa un vehículo de identidad nacional, un medio de peruanizar y un arte para rehumanizar al mundo”. ( fuente: Diario La Noticia) 

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